Este crecimiento de la economía venezolana se debe, principalmente, a la mayor actividad económica del sector privado, beneficiados con las políticas de liberación de precios, dolarización de facto, la exoneración de aranceles e impuestos a productos importados, reducción de la inflación y la considerable mejora en los precios del petróleo. Venezuela sigue siendo un país altamente dependiente de las importaciones, ya no es una economía de producción sino de comercio y servicios, con una política de total apertura a las importaciones con el objetivo de garantizar el abastecimiento de bienes, tendencia del sector privado de importar todo tipo de bienes incluidos los alimentos. También para el 2022, se prevé nuevamente crecimiento en los indicadores de comercio exterior del país de a lo menos un 50% en las exportaciones y en torno a un 20% en las importaciones, con alta participación del sector privado en la actividad económica.

El nuevo contexto geopolítico internacional ha ocasionado una importante alza en los precios internacionales del barril de petróleo. Al cierre del primer trimestre del 2022, el promedio de precios de la cesta venezolana presentó un crecimiento de un 75,7% y se ubicó en USD 73,6 por barril. Las exportaciones petroleras venezolanas crecieron 68,6% vs. Q1/2021. Estas mejoras en los ingresos externos de Venezuela permitirán dar mayor apoyo a la producción nacional, aumentar los recursos para mayores niveles de importaciones y mejorar en general el flujo de caja del país.

Los sectores industriales siguen operando con dificultades, tienen una alta capacidad ociosa (operando en promedio al 28% de su capacidad instalada según el gremio Conindustria). Sin embargo, algunos sectores de alimentos han recuperado productividad y están al 40 / 60%. Los productos importados por lo general son más competitivos y más accesibles para la población por presentar inferior costo y superior calidad en comparación con la oferta local.