Ecuador enfrenta un momento crítico en su sistema energético. La crisis de suministro evidenciada en 2024 —producto de prolongadas sequías y limitaciones estructurales— ha impulsado una transformación urgente del modelo energético hacia una matriz más resiliente, diversificada y sostenible. Aunque el país cuenta con una matriz predominantemente renovable (80%), esta depende en gran medida de fuentes hidroeléctricas vulnerables a cambios climáticos.

Existen grandes oportunidades para empresas chilenas especializadas en ERNC y eficiencia energética, gracias a la experiencia acumulada en entornos similares y a los beneficios arancelarios del Acuerdo de Complementación Económica N.º 75 (ACE 75). El modelo ESCO, el desarrollo de proyectos solares, eólicos e híbridos, y la aplicación de estándares como ISO 50001 destacan entre las soluciones más pertinentes para el contexto ecuatoriano.